
Cuando Fabricio entró por primera vez en un instituto de inglés en Mendoza, Argentina, buscaba una sola cosa: mejorar sus habilidades lingüísticas. Nunca imaginó que la beca que recibió, que requería servicio comunitario, iniciaría un viaje transformador a través de las Olimpiadas Especiales.
En el 2015, el único requisito que tenía era aportar algo a la comunidad. El instituto de inglés trabajaba con una fundación llamada Tremo Kawell, que a su vez estaba aliada con Olimpiadas Especiales. Esa conexión introdujo a Fabricio a un mundo que apenas sabía que existía, una comunidad de personas con discapacidad intelectual, y transformaría la manera en que él veía al mundo, a otros e inclusive a sí mismo.
“La inclusión no surge por sí sola,” dijo. “Necesita el momento. El encuentro. La oportunidad”.
Al principio, el voluntariado se sentía como territorio desconocido.
“Tenía muy pocos conocimientos sobre la discapacidad”, dijo Fabricio. “Creía en muchos mitos, pensando que las personas con discapacidad intelectual no podían hacer ciertas cosas, de que debía protegerlos. Pero lo que descubrí fue lo opuesto”.
Los Deportes Unificados ayudaron a romper esos mitos. Al jugar bochas junto a atletas, Fabricio rápidamente se dio cuenta de que él no era el que estaba enseñando; él era quién estaba aprendiendo.
“Ellos fueron quienes me enseñaron a jugar”, dice. “Se divertían, eran competitivos, tenían amigos y experimentaban la frustración y la alegría como cualquier otra persona”.
El cambio lo fue todo. Fabricio empezó a ver la inclusión no como una idea abstracta, sino como algo que solo existe cuando las personas se toman el tiempo para una conexión genuina. "La inclusión no surge por sí sola", dijo. "Necesita el momento. El encuentro. La oportunidad".
Esa oportunidad definiría la trayectoria de Fabricio. A medida que profundizaba su participación en Olimpiadas Especiales, se sintió impulsado por la curiosidad y el deseo de comprender y derribar las barreras que impiden a las personas con discapacidad intelectual participar plenamente en la sociedad.
“Cuanto más aprendía, más quería entender: ¿por qué no se puede incluir a las personas con discapacidad intelectual?”
Fabricio comenzó a ser mentor para otros, incluyendo Pablo, compañero líder dentro del movimiento. Su amistad se ha convertido en una fuente de alegría y crecimiento para ambos. “Pablo tiene tanto que aportar”, dijo Fabricio. “Y sólo necesita la oportunidad para demostrarlo”.
Para Fabricio, la trayectoria de Pablo es una prueba de lo que sucede cuando la inclusión es intencional. "Las oportunidades son la puerta", dijo Fabricio. "Permiten a las personas con discapacidad intelectual acceder plenamente a un mundo donde pueden ser escuchadas, donde pueden cometer errores y donde pueden brillar".
“Cuanto más aprendía, más quería entender: ¿por qué no se puede incluir a las personas con discapacidad intelectual?”
Y Pablo definitivamente está brillando. Cada oportunidad, desde roles de liderazgo hasta hablar en público, han permitido que su confianza, habilidad y presencia crezca. “Olimpiadas Especiales le dio a Pablo el espacio que necesitaba para ser él mismo”, dijo Fabricio, “y pude ser testigo de ello. Pude aprender de ello”.
Pero no fue sólo Pablo quién cambió. Fabricio también fue transformado por las relaciones que ha creado. “He conocido gente que admiro muchísimo”, dice. “Personas como Mariana, cuya disciplina me inspira. Rodri, cuya alegría es contagiosa. Y Pablo, quién se ha convertido en un verdadero amigo”.
Esta red de amistades y propósito compartido ha transformado la vida de Fabricio. Incluso cambió su trayectoria profesional gracias a lo aprendido en Olimpiadas Especiales, abandonando una carrera para dedicarse por completo a la inclusión social. "Me di cuenta de que quería dedicarme a algo que se sintiera como justicia", dijo. "Y Olimpiadas Especiales se sintió así".
Hoy, Fabricio continúa dando, aprendiendo y creciendo.
“Simplemente empieza con una conversación. Acércate a alguien. Conócelo. No necesitas tener todas las respuestas, solo estar abierto a aprender. La inclusión no se da de la noche a la mañana. Es algo que construimos juntos”.