Al acercarnos al cierre del año, queremos decir gracias.
Gracias a todas las personas que, de una u otra forma, acompañan a Olimpiadas Especiales en América Latina. Nada de lo que hacemos ocurre de manera aislada: cada avance es el resultado de un esfuerzo compartido.
Este fue un año de aprendizajes, ajustes y desafíos. Aun así, el movimiento siguió avanzando gracias al compromiso diario de atletas y sus familias, entrenadores, voluntarios, aliados, donantes y equipos en toda la región. Son ustedes quienes hacen posible que el deporte, la salud, la educación y el liderazgo sean espacios reales de inclusión y oportunidad para personas con discapacidad intelectual.
El impacto que vemos no siempre se mide en grandes titulares ni en “likes”. Muchas veces aparece en gestos simples pero profundos: una familia que se siente acompañada, una persona que gana confianza, una comunidad que aprende a mirar la diversidad con más respeto. Es ahí donde el propósito de Olimpiadas Especiales cobra verdadero sentido.
Este año también nos recordó la importancia de escuchar, adaptarnos y trabajar juntos. La colaboración y la confianza fueron claves para seguir adelante, incluso cuando el camino no fue sencillo. Ese espíritu colectivo es una de las mayores fortalezas de nuestro movimiento.
En este tiempo de fiestas y reflexión, miramos hacia el nuevo año con esperanza. Sabemos que aún queda mucho por hacer para lograr una inclusión plena, pero también tenemos la certeza de que no caminamos solos.
Gracias por creer, por acompañar y por ser parte de este movimiento.
Sigamos construyendo juntos una América Latina más inclusiva, paso a paso, todos los días.
Equipo de Olimpiadas Especiales América Latina