Las personas con discapacidad (PCD) tenemos distintas habilidades a comparación con otras personas, por eso es importante tener en cuenta que somos diferentes y es maravilloso saberlo, porque esas habilidades diferentes nos hacen valiosos para enfrentar los desafíos que se nos presentan.
Nosotros podemos ser ayudantes en una empresa realizando trabajos mecánicos, o también podemos adquirir habilidades en una pasantía en un banco. Aunque nuestras habilidades sean diferentes no nos impiden gozar de un trabajo digno.
Nosotros constituimos una de las poblaciones más vulnerables ya que tenemos más probabilidades de ser víctimas de abuso y violencia, de tener problemas de salud y dificultades para acceder a servicios médicos adecuados, como así también menos posibilidades de ser contratados para un empleo.
Nosotros tenemos la capacidad de vincularnos y aprender, sólo que lo hacemos de manera diferente y requerimos distintos niveles de apoyo para lograrlo.
Por eso es importante que cada 3 de diciembre recordemos tomar conciencia de que nosotros somos Personas, que vivimos en una sociedad con desinformación, y que poco a poco el resto de la sociedad pueda ser el canal para que, en el futuro, podamos ser habitantes en una comunidad más inclusiva.
Durante el año 1992 las Naciones Unidas se reunieron para debatir como hacer valer los derechos, el bienestar y la participación plena de las personas con discapacidad en la sociedad y reforzar que se comprometan los estados con la convención de los derechos de las personas con discapacidad, y así también, que puedan involucrar de una manera directa los objetivos de desarrollo sostenible.
La inclusión tiene que poder de alguna manera visibilizarse, no sólo en el ámbito deportivo, o del trabajo (donde actualmente cuesta mucho insertarnos) sino de forma institucional también. Para nuestra suerte cada 3 de diciembre vamos a seguir luchando para crear una sociedad más inclusiva.
Es importante que todos juntos podamos hacer este análisis:
¿Por qué a las PCD nos cuesta tanto insertarnos en la sociedad?
La respuesta es simple, pero a la vez compleja: la discapacidad no nos limita, sino las barreras que la sociedad nos pone por ignorancia, prejuicio y/o desinterés.
Por ejemplo: menos del 30% de las PCD en América Latina tiene trabajo. Más del 70% está fuera del mercado laboral, entre otras razones por los prejuicios y mitos existentes relacionados con la productividad de las PCD en el mundo empresarial.
Esta barrera tiene que ver también con la dificultad de tener una vida autónoma y/o formar una familia ya que no se tiene acceso a una independencia económica.
¿Hay formas de que las personas con discapacidad puedan tener una vida plena en cualquier ámbito?
Si, claro, pero hace falta una transformación social.
¿Qué hace falta?
Como primera medida: INFORMACIÓN. Sin información no podemos derribar mitos y prejuicios.
También necesitamos capacitarnos, para que cada ciudadano pueda formarse para brindar apoyos para que las personas con discapacidad puedan incluirse.
La empatía para aceptar a todas las personas y convivir y poder brindar apoyos.
Reconocer a las PCD como personas con derechos y obligaciones. Y oportunidades para que las PCD puedan demostrar su potencial.
Una persona con discapacidad intelectual puede tener problemas en la comprensión de textos, en la comunicación o resolución de problemas, pero pueden hacer muchas otras cosas si se les da el lugar.
Si todos nos unimos y reflexionamos, les puedo asegurar sin duda que vale la pena poder cambiar las mentalidades de la sociedad, y que todos nos beneficiamos de esto.
Yo sé que no es de un día para otro, pero si empezamos a dar un paso, por ejemplo, charlando con un amigo y/o acercándome a Olimpiadas Especiales y saber de qué se trata, estamos tomando conciencia de que las barreras se pueden derribar y que si nos unimos podemos hacer una sociedad más accesible.
Este 3 de diciembre reflexionemos juntos qué maravillosa sería una sociedad más inclusiva.
